El Andamiaje Emocional de la Codependencia

Por, Dr. C.J. Correa Bernier

Por codependencia nos referimos a las dinámicas relacionales disfuncionales en las que una persona asume comportamientos “mesiánicos”, incondicionalmente sacrificiales y por sobre sus propias necesidades para concentrarse en el bienestar de otra persona o grupo. El vínculo relacional entre las personas no tiene por qué ser uno romántico pues la codependencia puede darse con la misma facilidad en las relaciones materno o paternofiliales, entre amistades, familiares como en las relaciones obrero patronales.

El término “codependencia” apareció por primera vez como una categoría relacional en los círculos de tratamiento para personas con trastornos de abuso de sustancias al quererse describir las relaciones desequilibradas que existían entre la persona adicta, su pareja y familiares. El término llegó a ser tan popular que comenzó a ser utilizado para referirse a cualquier tipo de relación en la que una persona facilita, de manera directa o indirecta, el mantenimiento de cualquier tipo de patrón de comportamientos adictivos. No obstante, es importante mencionar que la codependencia no es un diagnóstico clínico o un trastorno de la personalidad.

¿Qué es la codependencia?

Las relaciones saludables se distinguen por ser mutuamente beneficiosas, ya que el amor y el apoyo surgen de manera orgánica de parte de todas las personas involucradas en la relación. En las relaciones codependientes, las dinámicas relacionales tienden a ser unilaterales con una parte de la relación asumiendo el rol del proveedor y la otra el rol del beneficiario. En este tipo de intercambio emocional, el proveedor siempre estará a cargo de suplir el cariño, la disponibilidad y el servicio, siempre de manera incondicional. El proveedor, es la persona que, en una relación codependiente, facilita los comportamientos irresponsables de la otra persona. Por ejemplo, cuando el esposo (proveedor) hace lo que sea necesario para salvar el trabajo de su esposa (beneficiaria), quien, debido a su alcoholismo, está a punto de perder su trabajo.

¿Qué provoca la codependencia?

Las personas codependientes suelen ser parte de familias de origen disfuncionales. Es posible que hayan tenido un familiar o amigo cercano con una adicción o enfermedad mental. También es común que hayan experimentado algún tipo de trauma durante su niñez, después del cual nunca lograron evitar sentirse ansiosos o inseguros en todo lo que hacen. Sin embargo, es importante mencionar que cualquiera persona, independientemente de que haya nacido o no en una familia disfuncional, puede llegar a ser parte de una relación codependiente.

¿Cuáles son algunas de las características más comunes de la codependencia?

En las relaciones codependientes, las personas con el complejo mesiánico (proveedor), tiende a ser extremadamente responsable en todo lo que tiene que ver con la persona con la que él o ella está codependientemente relacionado. Como resultado, el codependiente no tendrá problemas en mentir, inventar excusas y hasta asumir responsabilidades u obligaciones que pertenecen a la otra persona. Además, los “proveedores” son extremadamente autocríticos y perfeccionistas.

Lo más común en las personas con el rol de “proveedores” en una relación codependiente es vivir con la necesidad de ser necesitados. Esa es la razón por la cual se la pasan tratando de arreglar o rescatar a las personas que ellos entienden necesitan ser arregladas o rescatadas por ellos. Están tan concentrados en complacer a los demás que terminan descuidando sus propios deseos y necesidades. Impulsados por su necesidad de ser necesitados, estas personas insisten en hacer sobre inversiones de estima en todas las relaciones de las que son parte, razón por la cual sufren de baja autoestima y de dificultades cuando intentan establecer límites o ser asertivos.

La controversia sobre la "codependencia"

Como término para describir las adicciones relacionales, la codependencia no ha estado exenta de críticas y controversias. Esto es comprensible pues no existe ninguna investigación científica que respalde el concepto. A pesar de los esfuerzos de algunos profesionales de la salud mental especializados en el campo de las adiciones quienes han buscado que sea designada como un trastorno de la personalidad, la codependencia nunca ha sido incluida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Expertos en el campo de la salud mental, las relaciones y las adicciones creen que el término es uno inherentemente defectuoso y rechazan su uso.

Básicamente, la crítica dice que el concepto de la "codependencia" patologiza y estigmatiza los comportamientos humanos, en particular, los comportamientos amorosos y afectuosos. Las evidencias científicas han establecido que, como seres humanos, estamos programados para formar vínculos emocionales duraderos. Estos vínculos no se anulan automáticamente cuando algún comportamiento problemático aparece. De hecho, la necesidad de conexiones y el deseo de mantenerlas son realidades tan básicas como son las necesidades físicas de la alimentación e hidratación.  

Conclusión

Lo importante es mantener una concepción contextualizada del asunto. Desde mi punto de vista, las tendencias codependientes no niegan las realidades de nuestra naturaleza humana. Es natural que los errores o sufrimiento de un ser querido provoquen empatía, compasión y el deseo de ayudar en nosotros, incluso, hasta el punto de anteponer las necesidades de otras personas a las nuestras. Pero como seres humanos, también contamos con las posibilidades de operar, relacionalmente hablando, de una manera inadecuada y disfuncional. Eso es lo que la codependencia resalta, que como seres humanos, podemos terminar haciendo una sobre inversión de estima en otras personas a tal grado que terminamos abandonándonos a nosotros mismos.

Existen muchas maneras de cómo superar la codependencia. Además de la ayuda profesional, existen otras maneras de cómo hacer el trabajo necesario. Lo más importante, es recordar que todos tenemos seres queridos de los que nos sentimos responsables. Es crucial recordar lo perjudicial que es fundamentar nuestra identidad y felicidad en otras personas. En última instancia, todos somos responsables por nuestras acciones, decisiones y sentimientos. CB

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